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Se buscan niñas que no quieran ser princesas

Miriam, Charo, Sara o Vanessa son los referentes que faltaban. Ellas, como otras muchas, han tenido que enfrentarse a las dificultades que presentan trabajar en un mundo tradicionalmente de hombres. Y ahora son ejemplo para muchas niñas y jóvenes que sueñan con un futuro en el que nada ni nadie les frene por ser mujer. BBVA, en colaboración con la organización Inspiring Girls, ha acercado estas mujeres a un centenar de jóvenes para mostrarles que la princesa del viejo cuento ahora quiere ser policía, ingeniero o piloto.

Desde que Marie Curie lograra el Nobel de Física a principios del siglo XIX, solo 17 mujeres han seguido sus pasos, frente a los 572 hombres premiados. Este dato se entiende mejor al  analizar el porcentaje actual de científicas e investigadoras, que no supera el 28%. De este problema ha tomado nota Naciones Unidas, que se ha propuesto “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” en su ODS 4.

La escasa representación femenina en ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) se aprecia ya a edades muy tempranas. Un estudio de 2017 de la revista Science demostraba que a partir de los 6 años, las niñas empezaban a distanciarse en estos ámbitos. Los estereotipos culturales, los sesgos y las normas sociales impactan directamente en sus expectativas, que al llegar a la educación superior solo representan el 35% de los estudiantes matriculados en carreras STEM.

Referentes para romper barreras

Ante esta situación, se hace fundamental introducir cambios sociales para que desde niñas, las mujeres sean capaces en primer lugar de no autoexcluirse, y en segundo, de luchar contra las dificultades que puedan encontrarse. En este proceso de aprendizaje, los referentes son fundamentales. Y con esa misión se creó en 2014 Inspiring Girls, una fundación cuyo objetivo es aumentar la ambición profesional de las niñas en edad escolar, así como sus expectativas laborales, ayudándoles a visibilizar la amplia variedad de profesiones y trabajos que existen, sin que el hecho de ser mujer suponga ninguna limitación para ellas.

Inspiring Girls y BBVA realizan una actividad con un grupo de niñas - BBVA

“Ser la inspiración para alguien es una maravillosa tarea. Toda mujer puede ser ejemplo para las niñas y adolescentes, para que conozcan de su mano las infinitas posibilidades a las que pueden aspirar en su vida”, afirma Marta Pérez, presidenta de Inspiring Girls en España.

En una dinámica celebrada en la sede de BBVA, la fundación ha trabajado con un centenar de niños y niñas con edades comprendidas entre los 6 y 12 años, todos ellos hijos de empleados de BBVA. Los más pequeños han jugado a adivinar quién se escondía detrás de un casco de bombero, un tricornio de guardia civil o una gorra de piloto. Las respuestas eran casi unánimes: cada uno de esos elementos pertenecían a una persona fuerte, ágil, inteligente y… con nombre de hombre. Las caras de sorpresa de los niños y niñas al descubrir que detrás de esos instrumentos se escondían mujeres profesionales en cada uno de sus ámbitos ha sido la tónica general.

“Como parte de nuestro propósito, poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era, vemos muy necesario organizar este tipo de actividades. Trabajar con nuestros hijos desde muy pequeños en romper estereotipos de género está alineado con nuestros valores y nuestro compromiso con una sociedad más justa”, comenta Enrique González, responsable de Cultura Corporativa y Comunicación a Empleados de BBVA.

Para involucrar cada vez más a niñas y jóvenes en la educación y las carreras STEM son necesarias respuestas sociales de gran alcance. La labor de Inspiring Girls en este sentido es de gran ayuda, y un perfecto ejemplo hacia la igualdad de género en la educación. Pasos que deben ir encaminados para crear una sociedad plenamente participativa, más inclusiva y totalmente equitativa.