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¿Cómo impulsar la movilidad sostenible? Hacia zonas de bajas y cero emisiones

La aplicación de las zonas de bajas y cero emisiones busca devolver las calles al peatón, reducir el vehículo privado y priorizar la movilidad activa, la bicicleta y el transporte público de cero emisiones. La importancia de fomentar una movilidad sostenible para contribuir con la sostenibilidad del planeta requiere de la unión de todos. Descubre más sobre esta temática en el monográfico gratuito de BBVA ‘Hacia una movilidad cero emisiones’.

¿Cómo impulsar la movilidad sostenible? Hacia zonas de bajas y cero emisiones

Campañas como Clean Cities, liderada en España por organizaciones como Ecologistas en Acción, ECODES o En Bici, apoyan soluciones de transporte limpio con iniciativas de divulgación a la ciudadanía. Cristian Quílez, responsable de proyectos de ECODES, advierte de la importancia de aplicar políticas de movilidad restrictivas al tráfico: “Son una apuesta por la salud de la ciudadanía, el medioambiente y la economía local. Las zonas de bajas emisiones, que deben ir más hacia las cero emisiones que hacia las bajas, tienen que servir para devolver las calles al peatón, reducir el vehículo privado, y priorizar la movilidad activa, la bicicleta y el transporte público de cero emisiones”.

Como demuestran, los datos son claros. Por ejemplo, las zonas de bajas emisiones, con la restricción del tráfico, además de beneficios para la salud de la ciudadanía y el planeta, supone beneficios para el comercio local, muy afectado por la pandemia.

Esta organización, con el apoyo de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), impulsa también la campaña Flotas Urbanas para apoyar un mismo objetivo: fomentar las emisiones cero en los servicios de la movilidad urbana. Las acciones que trasladan a los representantes públicos buscan legislaciones ambiciosas y su compromiso con una movilidad urbana 100% eléctrica: cero emisiones a las compañías de vehículos de transporte con conductor, empresas de distribución urbanas de mercancías, taxis y un transporte urbano colectivo para antes de 2030. Bajo el slogan 'es hora de cambiar, señalan que “estamos en una crisis sanitaria” y que los “vehículos que funcionan como combustibles fósiles crean gases invisibles pero venenosos que afectan a los más vulnerables en pandemias como la Covid-19”.

Sumado a estos problemas, denuncian la contaminación acústica que generan los coches y la cantidad de espacio que ocupan y reclaman un espacio necesario para la renaturalización de las ciudades “con zonas verdes y lugares seguros para andar en bicicleta y vivir”. Una idea que también comparte Elena López Gunn, directora de ICATALIST y miembro del IPCC, Grupo 2 Adaptación, afirmando que “la naturaleza tiene que ser nuestra aliada” en la búsqueda de soluciones y que estamos ante una oportunidad para la colaboración público-privada. Para ello -añade- “tenemos que conseguir que el sector privado sea parte de la transformación”.

Para disminuir la ’isla de calor' que se genera en las ciudades e impulsar la economía verde, ayuntamientos como Madrid o Zaragoza han incluido en sus estrategias fomentar la renaturalización urbana con proyectos como 'El Bosque de los Zaragozanos' o 'El Bosque Metropolitano'.

La ciudad de los 15 minutos de Carlos Moreno, asesor de urbanismo de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, es un concepto urbano que acuñó para referirse a la propuesta de recorrer la ciudad a pie o andando en un cuarto de hora para acceder a todos los servicios esenciales. Si pensamos en el ámbito territorial, el tiempo máximo se alarga a 45 minutos.

Estas alternativas, además de contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático, suponen la creación de nuevos puestos de trabajo, como afirma Beatriz Sánchez, responsable del Programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.

Por su parte, Báguena Rodríguez insiste en esta idea, y traslada además la necesidad de que estas acciones tienen que ir unidas a promover una transición justa. “No debemos dejar a nadie atrás en el camino. Para ello, es necesaria una mayor participación de la movilidad activa y fomentar el transporte público colectivo junto con las zonas de bajas emisiones en las ciudades y la renaturalización de las zonas urbanas que recuperen espacios para el peatón. A ello hay que sumarle medidas de concienciación ciudadana y avanzar hacia la eficiencia con el transporte público. Cambiar las flotas por vehículos de bajas emisiones, por autobuses eléctricos y/o de pila de combustible y mejorar la calidad de los cercanías y el tren. Para mejorar los servicios, la digitalización es clave, con muchas oportunidades de mejora”.

Movilidad sostenible en las ciudades

Otra de las mejoras, como se ha mencionado, pasa por adaptar las ciudades para la resiliencia climática con el uso de bicicleta. Las alianzas de este medio con el resto del transporte público –es decir, el fomento de la intermodalidad– y con el sector público-privado en la aportación de soluciones son fundamentales para cubrir las necesidades de la población en su conjunto. 

¿Cómo impulsar la movilidad sostenible? Hacia zonas de bajas y cero emisiones

Laura Vergara, coordinadora de proyectos de ConBici, entiende que sobrepasar la biocapacidad del planeta es motivo suficiente para que se dé una transformación urgente que suponga un “cambio disruptivo del sector transporte”. Desde la Coordinadora en Defensa de la Bici conciben la movilidad como un derecho que tiene que ser expansivo, interdependiente, transversal e intersectorial, porque “afecta a los recursos del resto de los sectores”.

Por todo ello consideran que la bicicleta tiene que ser una política palanca que la sostengan sistemas de gobernanza con normativas ambiciosas, una “herramienta que puede llegar a cumplir hasta 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”: “La bicicleta puede ahorrarnos, según el informe de la  de la European Cyclists Federation (ECF), beneficios de hasta 16 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2)  solo en la UE”.

La asociación de ciclistas urbanos Kalapie, de Donostia-San Sebastián,  recibió el 'Premio anual a la Movilidad Sostenible 2021'. La Asociación de Medios de Transporte Saludables (AMTS), entidad organizadora, valoró la implicación de la empresa con 30 años de historia en el desarrollo de carriles bici y ha reconocido la aportación que hacen a favor de la movilidad ciclista. Este caso favorece un cambio de modelo e infraestructuras que lo sostengan donde la prioridad sean los peatones y ciclistas o patinetes. En Barcelona, el número de coches se ha igualado en cifras en el uso de patinetes y bicicletas. 

Hacia una movilidad sostenible

Avanzar hacia un modelo nuevo de movilidad es una oportunidad única para relanzar el sector de la automoción. Los gobiernos y la Unión Europea lo saben. Por eso, parte de los fondos Next Generation se están destinando a la electromovilidad. En España, la Comisión Europea ha dado luz verde a ayudas por valor de 3.000 millones de euros para el impulso del vehículo eléctrico y enchufable en el marco de la recuperación y transformación económica.

Como recuerda la ministra consejera de la Embajada Británica Sarah Cowley, el transporte es un sector estratégico en el reto de la descarbonización y destaca que “El desarrollo del vehículo de cero emisiones es clave para acelerar la transición energética, pero necesitamos un enfoque holístico de la movilidad”.

La regulación de las emisiones del transporte por carretera en Europa, el incremento de los objetivos en la reducción de CO2 y la promoción de los vehículos eléctricos son algunos de los objetivos que se han marcado desde la UE para la transformación del sector del transporte y la movilidad en el marco de la eliminación progresiva de los combustibles contaminantes. Unas soluciones que también apoyan los ciudadanos europeos que tienen previsto comprarse un coche nuevo y que estarían dispuestos, según una encuesta realizada por el Instituto Europeo de Opinión Pública YouGov, a pagar hasta 500 euros más para que se ejecutaran.

¿Cómo impulsar la movilidad sostenible? Hacia zonas de bajas y cero emisiones

Los planes previstos de la Comisión Europea apuestan por la electrificación como el principal impulsor de las reducciones de emisiones del transporte en el marco del paquete legislativo 'Fit for 55'. Para alcanzar la neutralidad climática en 2050 proponen desde Europa una reducción del 55% de las emisiones de CO2 de los coches a partir de 2030 y del 100% hasta 2035. Esta fecha marcará el fin de la venta de vehículos de combustión fósil. 

Para lograr esta transformación industrial que se requiere, Isabell Büschel, directora en España de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), considera fundamental: “Aprovechar el Plan de Recuperación como oportunidad histórica y la revisión por parte de los gobiernos del reglamento de estándares de CO2. Si queremos de verdad llegar a la descarbonización de toda la economía en 2050, hay que eliminar los vehículos de combustión interna en 2035 y no más tarde porque está década, hasta 2030-2035, es muy importante”.

Desde esta entidad junto con ECODES dan un paso más y proponen elevar la ambición en la reducción de las emisiones de CO2 en los coches y furgonetas hasta el 80% en 2030 y llegar al 100% de reducción en 2035. A esto le suman incluir objetivos vinculantes intermedios antes de 2027 e insisten en no dejar las acciones para el final.

Desde el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana de España, destacan la aprobación de la “Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030”. Esta hoja de ruta que fomenta la “movilidad sostenible, segura y digitalizada” se incluye dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y recoge -como apunta de nuevo Báguena Rodríguez- que “La movilidad debe ser considerada como un derecho de los ciudadanos, como un instrumento de cohesión social y de crecimiento económico resiliente. Desde las Administraciones Públicas debemos ofrecer a los ciudadanos alternativas de transporte que sean sostenibles y que permitan abandonar el uso del vehículo privado, que no es eficaz en términos de movilidad ni tampoco es viable en términos medioambientales ni de calidad de vida”.

En el ámbito latinoamericano, Colombia tiene una de las normativas más exigentes para acelerar la transición hacia la movilidad eléctrica: en la Ley de Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica y Sostenible se promueve que el 30% del uso de vehículos sea de cero emisiones en municipios considerados de categoría 1 (de 700.000 hasta 2.000.000 habitantes).

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