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Economía

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La crisis generada por el COVID-19 está afectando de manera importante el empleo. Recientemente, la Organización Internacional del Trabajo (la OIT) señaló que en el segundo trimestre del año se perdieron alrededor de 400 millones de puestos de trabajo en el mundo y que América Latina ha sido la región más afectada, con 47 millones. Sin embargo, los gobiernos tienen alternativas para reducir ese impacto y reactivar la economía.

El equipo de BBVA Research  acaba de publicar dos informes: el informe sobre la situación de la economía estadounidense de julio, que pone el foco sobre aquellos factores con un mayor impacto sobre las economías regionales, y un informe de análisis del mercado laboral en los EEUU. La pandemia provocada por la COVID-19 sigue lastrando la evolución del mercado laboral y de otros indicadores económicos.

Los bancos centrales en el mundo cumplen con la importante función de mantener una adecuada política monetaria. La recesión tan profunda que se vive y que no se había visto en los últimos 100 años, provocada por la pandemia del coronavirus, marca como precedente la reacción oportuna de estas instituciones para que los mercados financieros continúen operando, que fluya el crédito y se disminuya la carga financiera de empresas y hogares.

El consumo continúa su recuperación tras la finalización del estado de alarma. Según un análisis semanal de BBVA Research, entre el 22 y el 28 de junio, todas las provincias recuperaron el nivel pre-COVID-19 de gasto semanal realizado con tarjetas españolas. Además, en la última semana de junio, el crecimiento de las compras superó el 10% interanual en 27 provincias. Por sectores, las compras de alimentación lideraron la recuperación del gasto presencia, con un crecimiento del 43% interanual. A pesar del dinamismo de las compras desde mediados de mayo, entre abril y junio la caída del gasto con tarjeta, respecto al primer trimestre, se sitúa en el -18%.

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Lo vemos cada día. Nuestro mundo ha cambiado en muchos sentidos con la pandemia del COVID-19. Aunque todos tratamos de volver a la normalidad, siempre aparece algún elemento que nos recuerda que algo ha cambiado. Por ejemplo, que nos cueste reconocer a una persona que llevábamos meses sin ver solo porque ahora lleva mascarilla. O tener que hacer cola en la calle para comprar el pan.

Según las previsiones de BBVA Research, el PIB de Castilla-La Mancha podría reducirse en 2020 entre un 6,4% y un 9% debido a las medidas de confinamiento implementadas para frenar el contagio del virus y a pesar de las políticas para enfrentar la emergencia sanitaria, apoyar el ingreso de las familias y mantener el empleo. Para 2021, el crecimiento podría situarse entre el 4,1% y el 5,5%. De cumplirse estas previsiones, se perderían entre 20.000 y 32.000 empleos en el conjunto de 2020 y 2021. En todo caso, el sesgo sobre la previsión se mantiene a la baja, debido principalmente a la incertidumbre sobre cuándo y cómo se retornará a la normalidad, el riesgo de un rebrote de la crisis sanitaria y sus posibles repercusiones en la actividad.

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Una crisis sanitaria. Un cierre repentino y prolongado en el tiempo. Y, ahora, toca abrir de nuevo las puertas como si nada. O no exactamente: ahora hay que volver a trabajar con ciertas restricciones y medidas de seguridad exhaustivas. El pequeño comercio contempla con preocupación su futuro cuando ni siquiera ha comenzado a recuperarse de su pasado. ¿Cómo va a competir en este escenario incierto con los gigantes del retail? Lo cierto es que puede hacerlo porque cuenta con armas muy poderosas. Solo necesita saber cómo sacarles partido.