Qué debes considerar antes de solicitar un ‘renting’ de coche eléctrico
El ‘renting’ de coches en España permite poder utilizar un vehículo abonando una cuota fija mensual. Su principal ventaja es el ahorro en el mantenimiento del vehículo y en el pago del seguro, así como diversos beneficios fiscales para las sociedades, ya que empresas y autónomos pueden deducirse el 100% de la cuota del renting, sin incluir el IVA, y entre el 50 y 100% del IVA en función de la actividad profesional.

Cada vez existe una mayor oferta comercial de coches eléctricos en el mercado, a precios más competitivos (gracias, en parte, a las ayudas estatales que se ofrecen, por ejemplo, a través del Plan Moves II), y con mejores prestaciones y rendimiento, haciendo que, en la actualidad, ya puedan competir de tú a tú con los vehículos de combustión interna, por ejemplo, en conducción urbana.
En paralelo, existe una tendencia creciente, en especial, entre los más jóvenes, de apostar por nuevas fórmulas de modalidad compartida ('car sharing') basadas en el pago por uso, pero que caminan en detrimento de la compra particular de automóviles. El desembolso inicial, los costes de mantenimiento o la falta de espacio en las ciudades donde estacionarlo, junto a, por supuesto, el desarrollo y la implantación de las nuevas tecnologías de comunicación, han promovido esta filosofía, lo que está obligando a las empresas de automoción a identificar sistemas para seguir fidelizando a los conductores.
Una de las alternativas que, según parece, más está creciendo es la del 'renting' de coches eléctricos. Además de la utilización con esta modalidad del vehículo a través del pago de una cuota mensual, el 'renting' queda exento de algunos pagos, como el impuesto de matriculación o el de circulación, que corren por cuenta de la empresa de 'renting'. Es decir, que supone una opción muy interesante desde el punto de vista económico.

Similar al de otros vehículos
En el caso particular de los automóviles eléctricos, el 'renting' funciona, a grandes rasgos, igual que en el resto de vehículos, dependiendo la cuantía de la cuota mensual de distintos factores como el modelo de coche, los kilómetros anuales que se estipule que se va a usar o la duración del contrato (por regla general, no suele exceder de los dos años). Este último punto es muy importante, ya que, dados los avances técnicos que se están produciendo en este tipo de vehículos, es un plazo razonable de tiempo para plantearse cambiar por uno más moderno y con nuevas mejoras, en especial, en relación a la autonomía de un coche eléctrico y los puntos de recarga de los vehículos eléctricos.
Según las cifras de 2019, uno de cada cinco vehículos matriculados en España estaba destinado al renting, un sector que movió casi 6.000 millones de euros en la adquisición de nuevos automóviles, lo que significa mejorar sus datos de 2018 en un 20,35%. Centrándose en los coches eléctricos, casi 6.800 se matricularon en 'renting', es decir, alrededor de un 50% más de los que se registraron el año anterior. El peso que aporta el 'renting' a las matriculaciones totales de eléctricos en nuestro país es del 34,57%.
Cualquier 'renting' de un vehículo eléctrico debe incluir tanto el seguro como su mantenimiento. Además, también tiene que incorporar el servicio de atención en carretera y, si resultara preciso, el cambio de los neumáticos. Es importante conocer que, en relación a la batería, dentro del contrato que se firme, se incorporará su posible cambio así como, según lo que se acuerde, algunas coberturas adicionales. Hay que tener presente que una batería nueva puede llegar a costar hasta 10.000 euros, por lo que esta garantía resulta fundamental.

El coste de la batería y del vehículo eléctrico, con carácter general, influyen en el precio final del 'renting', cuya cuota mensual suele ser superior, de media, a la de los coches más convencionales. Su horquilla se mueve entre los 400 y los 800 euros, lo que, a la larga, sigue suponiendo un ahorro considerable con respecto al pvp que tienen estos modelos en el mercado. En todo caso, es esperable que, a medida que crezcan las ventas a nivel global de estos automóviles y, sobre todo, cuando mejoren sus condiciones de potencia y de autonomía, el coste del 'renting' también caiga.
De cualquier forma, apostar por el renting de un coche eléctrico es una buena manera de comprobar si es el tipo de vehículo que necesitamos, es decir, si se adapta realmente a nuestras condiciones de movilidad. En este sentido, cabe destacar que, al ser automóviles respetuosos con el medioambiente, no se ven afectados por ninguna clase de restricción a la circulación, pudiendo, incluso, moverse por zonas de las ciudades en las que otro tipo de coches tienen vetado el acceso. Y recuerda que, al finalizar el contrato de 'renting', el usuario puede elegir entre tres opciones diferentes: devolverlo, cambiarlo por otro coche (abonando la diferencia) o comprarlo (pagando la cuantía que quede pendiente).
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