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Frambuesas ecológicas para llenar a la España vaciada

BosqueSoria es una iniciativa que busca dar un impulso a la comarca de El Valle y La Vega Cintora, una zona rural de la provincia de Soria (Castilla y León) para frenar su despoblación. La empresa productora de frutos del bosque ofrece oportunidades de empleo en conexión con la naturaleza y ha sido reconocida por BBVA y El Celler de Can Roca como uno de los diez mejores productores sostenibles de España en 2023.

BBVA-Bosquesoria

Jorge Jiménez Santos apenas tiene tiempo para atender una llamada telefónica. Es la época de recolección de frambuesas y el presidente de BosqueSoria, una empresa fundada en 2018 por un grupo de familias del Ayuntamiento de El Royo, en la provincia de Soria (Castilla y León), no da abasto con las labores del campo. "Hay días que empezamos a las siete de la mañana y terminamos de trabajar a las doce de la noche", afirma del otro lado de la línea. Ni siquiera ha podido celebrar el reconocimiento que BBVA y El Celler de Can Roca le han otorgado recientemente, como uno de los diez Mejores Productores Sostenibles de España. "Fue una gran sorpresa y un honor que alguien se acuerde de nosotros, que estamos en una de las zonas más despobladas del país", comenta. "Estamos encantados".

Hoy, Jiménez Santos recoge los frutos de una iniciativa que empezó a forjarse hace ocho años. Por ese entonces, Pedro Agustín Medrano, director de la Asociación Forestal de Soria, y Raúl Gómez, alcalde de El Royo, junto con la Asociación para la Promoción Territorial de El Royo (Aproter), estaban buscando una solución de empleo que pudiera frenar la despoblación de la región, y encontraron en la agricultura una oportunidad. En la zona (localizada en el monte de Quintos) había algunos terrenos aptos para la cosecha y que se podían aprovechar para darles nueva vida. "Eran unos prados que pertenecían a nuestros abuelos. Antes había ovejas, y los rebaños pasaban por aquí en verano", explica el presidente de BosqueSoria. La idea inicial fue invitar a un grupo de familias a que aprovecharan las tierras, unas fincas de pequeño tamaño.

La iniciativa también incluyó acciones formativas y asesoramiento para los interesados, fórmulas de acceso a la vivienda, un compromiso de comercialización conjunta de los frutos del bosque, así como un sistema de financiación para realizar las primeras inversiones. El enfoque siempre estuvo en desarrollar un producto ecológico. La altitud (1.200 metros sobre el nivel del mar) y las condiciones del suelo lo permitían. Las fincas están en una ladera donde las heladas son más débiles y están resguardadas. Además, el contraste térmico entre el día y la noche ha permitido una fruta con mejores características.

"No tenemos invernaderos. La fruta crece al aire libre y el paisaje es espectacular", subraya Jiménez Santos, quien desde el inicio del proyecto fue invitado a formar parte de él. En aquel entonces, el actual presidente de BosqueSoria tenía una empresa de ‘streaming’ en Madrid. "La cerré en 2018 cuando me mudé aquí", afirma. "Me contactaron porque en El Royo dirijo una asociación micológica (de setas). Ya me conocían y sabían que uno de mis objetivos era venir a vivir aquí", destaca. Sus padres y abuelos son oriundos de este pueblo que con el paso de los años se ha despoblado. Soria es una de las provincias españolas con la menor densidad de población, con 8,69 habitantes por kilómetro cuadrado (hab/km2), según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra es casi 10 veces menor que la media en todo el país.

Así que el reto de repoblar la zona es titánico. "Realizamos unas primeras jornadas, a las cuales acudieron unas 50 familias", explica Jiménez Santos. Pero al final, solo seis familias se decidieron a dar el paso y apostar por la agricultura ecológica. "Tenemos 6,5 hectáreas plantadas. El 90% de ellas son de frambuesa y el 10% de moras. Estamos probando con otros frutos como arándanos, grosellas y fresas", dice el representante de la empresa, que produce entre 15.000 y 20.000 kilos por temporada. "En comparación con la agricultura tradicional, llegamos a producir un 30% de lo que puede hacer una hectárea en Huelva o en Cádiz", añade.

Pero el valor social es lo más importante aquí. La creación de empleo y la apuesta por un producto de calidad son lo que motiva a las familias. "Durante la época de recolección, se crean 100 empleos. La mano de obra es el principal desafío aquí", argumenta. La primera recolección comienza a finales de junio. "Luego tenemos un mes en el que pasamos podando y arreglando las plantas". Aproximadamente, a mediados de septiembre llega la segunda cosecha, que termina a finales de octubre o principios de noviembre. "El resto del año consiste en cuidar la finca, podar y abonar", explica el presidente de la empresa, que utiliza paneles solares en la plantación y en el sondeo, riego controlado por goteo y reutiliza los restos de la poda como abono para las plantaciones.

"Aunque hubiéramos querido tener electricidad, no la teníamos, ya que estamos dentro de la Red Natura 2000 [una red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad], así que instalamos un pequeño parque solar. Tenemos más de 80 paneles que alimentan la bomba que saca el agua de un pozo". La electricidad obtenida de esta fuente renovable también se utiliza para alimentar los refrigeradores donde se almacena la fruta. "La frambuesa es un producto muy delicado después de ser recogido. No puede estar al aire libre. Una vez que se ha recolectado, se pesa y se coloca en las neveras", detalla el presidente de BosqueSoria. De esta forma, se cuida la calidad del producto que, según Jiménez Santos, tiene un sabor superior a otros en el mercado. "Tiene un nivel de azúcar diferente".

La relación entre el azúcar y la oscilación térmica

Normalmente, explica el representante de BosqueSoria, la frambuesa suele tener entre un 9% y un 10% de azúcar. "Nosotros tenemos entre un 13% y un 15%. Esto se debe a la diferencia de temperatura entre el día y la noche. Para que te hagas una idea, por la noche en los Quintos ha habido una temperatura mínima de 8 grados centígrados y durante el día unos 32 grados de máxima", destaca. Esta diferencia de temperatura aporta mucho más sabor al producto estrella de este proyecto que ahora está en fase de expansión. Hoy, hay 15 hectáreas más con sondeo de agua ya instalado y están dispuestas para ser cosechadas. "Estamos decididos a que el proyecto continúe", concluye Jiménez Santos.

Por cuarto año consecutivo, BBVA y El Celler de Can Roca han reconocido a los diez mejores productores sostenibles de España. Estos galardonados se han destacado por sus buenas prácticas medioambientales, así como por impulsar el desarrollo del entorno rural, promover el relevo generacional y fomentar la inclusión social. En total, cerca de 150 productores de todas las comunidades autónomas han participado en la cuarta edición de estos premios, lo que representa un aumento del 60% en comparación con 2022.