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Social> Innovación y Tecnología Act. 25 oct 2021

La ciencia se pone al servicio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La ciencia sostenible se ha convertido en una esperanza contra el cambio climático. Su enfoque multidisciplinar apunta a una meta inédita en tamaño e importancia para el conocimiento humano: contribuir de forma decisiva al cambio de rumbo y al desarrollo sostenible. Ese tipo especial de ciencia ya lo hace desde varios frentes como las energías renovables, la nanotecnología, la genómica, la erradicación de enfermedades o la innovación social.

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En 1998, cuando la licenciada en Física y doctora en Química Física Angela Merkel aún no era canciller pero sí ministra de Medioambiente y Seguridad Nuclear alemana, publicó el artículo ‘El papel de la ciencia en el desarrollo sostenible’ en la revista ‘Science’. “Es vital que usemos nuestros crecientes conocimientos y capacidades de manera responsable, en interés de un desarrollo ambientalmente apropiado. La ciencia debe jugar un papel importante en la búsqueda del desarrollo sostenible, especialmente en energía, cierre de ciclos y movilidad sostenible”, escribió.

“En química, gracias a la investigación y a la ingeniería, somos capaces de llegar a nuevos procesos más sostenibles y con mejores resultados”, tercia Rosa María Martín Aranda, catedrática de Química, pionera en química verde —procesos químicos e industriales que prescinden de sustancias peligrosas o dañinas—, vicerrectora de investigación de la Universidad de Educación a Distancia y firme defensora de que la investigación universitaria se transfiera a la sociedad y ayude a un planeta en emergencia climática.

Más investigación, mejor comunicación

La Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible de 1998 subrayó “la necesidad de mejorar los procesos de generación, intercambio y utilización de la ciencia para el desarrollo sostenible y una investigación interdisciplinar más orientada a la acción, con un mayor enfoque en la prevención y la identificación temprana de problemas y oportunidades emergentes”. Además hizo un llamamiento a la comunidad científica para colaborar con otras instituciones y “superar las brechas de comunicación” con los responsables de formular políticas y con el público en general.

Estas conclusiones, que ese mismo año recogió en una conferencia de Gilberto C. Gallopín, entonces investigador en el Stockholm Environment Institute, sigue siendo hoy una asignatura pendiente, al menos por lo que respecta a la universidad, opina Martín Aranda: “Es un ‘gap’ histórico. La investigación no tiene sentido si no hay transferencia”.

La catedrática utiliza la palabra ‘ciencia’ en su más amplia extensión: ciencias sociales, naturales, económicas, exactas... Y enumera avances muy útiles para el desarrollo humano como “la nanotecnología para apreciar la materia desde otro punto de vista, desde dentro hacia afuera; los superconductores; nuevas formas de energía; la irrupción de la Inteligencia Artificial con unas posibilidades maravillosas; o la genómica”.

Agenda 2030, el punto de inflexión

“Ahora sí se está haciendo transferencia del conocimiento”, enfatiza la experta, y achaca el mérito a la Agenda 2030, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “muy bien pensada” y capaz de lograr ese ansiado alineamiento entre la producción científica y su aplicación en materia de sostenibilidad. La Agenda 2030 crea un mecanismo para el impulso tecnológico compuesto de tres instrumentos: un equipo de trabajo inter-agencias y un foro colaborativo sobre ciencia; tecnología e innovación para los ODS; y una plataforma ‘online’ desde la que compartir conocimiento tecnológico. “La UNED está alineando todas sus patas, educativa, investigadora y de gobernanza, con los ODS. Y me consta que el resto de universidades del mundo hacen lo mismo”, destaca.

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“El acceso abierto a la información científica es un requisito previo para generar conocimiento hacia el desarrollo sostenible. La evidencia científica y los principios éticos deben informar los comportamientos, la acción política y las decisiones de gobernanza para fortalecer las agendas de desarrollo sostenible. La ciencia del clima debe ser un factor básico en el diseño de respuestas políticas informadas para mitigar y adaptarse al cambio climático y para la preparación y resiliencia ante desastres”, afirma la Unesco.

“Para desarrollar soluciones ecológicas e innovadoras dirigidas a abordar las crisis climática, alimentaria y energética se deben fortalecer las capacidades de la ciencia, la tecnología y la investigación del desarrollo sostenible”, exhorta la Unesco, que estima que, solo en el África subsahariana, “se necesitarán 2,5 millones de ingenieros y técnicos para lograr un mejor acceso al agua potable y el saneamiento”. Esto demuestra “la necesidad de fortalecer la educación científica, frenar la fuga de cerebros y alentar a más jóvenes a dedicarse a disciplinas científicas”, concluye.

Esfuerzo e inversión contra el COVID-19

Martín Aranda piensa que el enorme esfuerzo colaborativo que han realizado científicos de todo el mundo en pos de una vacuna contra el COVID-19 ha provocado un cambio de percepción muy positivo de la sociedad respecto a la ciencia. “Químicos, bioquímicos y biólogos se han puesto a investigar de manera conjunta, en equipos multidisciplinares, demostrando de lo que es capaz la ciencia cuando tiene la financiación necesaria, porque el problema es la financiación”, añade la experta.

Por su parte, John Elkington, experto global en responsabilidad corporativa, considerado el padre del concepto de sostenibilidad, coincide con Martín Aranda cuando aboga por recuperar la confianza de la sociedad en la ciencia y también cree que la pandemia ha tenido ese efecto. De esa misma forma, Elkington está convencido de que la lucha contra la emergencia climática podría imprimirle un impulso incluso mayor a lo que llama “alfabetización científica”.

Invertir en ciencia es invertir en la sociedad. La ciencia y la tecnología son capaces de controlar los problemas y siempre han salvado a la humanidad”, concluye Martín Aranda.

'Podcast': Pere Estupinyà: ''La ciencia podría ser nuestro sexto sentido''

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